Un domingo sin ti…

He despertado y en lo primero que he pensado es que el primer domingo en 3 meses que no despierto a tu lado, que no pierdo mi mirada en tu rostro aún dormido, que mis brazos no te abrazan y mi cuerpo se hace uno con el tuyo… el primer domingo que no desayuno tus besos…

Y no es fácil, los domingos han sido nuestros días de amor, los días en los que nos entregamos el uno al otro sin las ataduras de los días corrientes, es el día en el que nos quedábamos en cama el tiempo que queríamos porque no había que salir a trabajar, éramos dueños de nuestro tiempo y nuestra mayor preocupación era qué hacer; desayunar en casa o afuera, salir a recorrer la ciudad en cicla, ir a un parque, ir a cine, quedarnos en casa… cualquier cosa, pero juntos… eso era lo más importante de nuestros domingos… estar juntos…

… y es que era en ese estar juntos donde construíamos nuestro amor. ¿Qué fuera de nuestra relación sin los domingos? De hecho, nos conocimos un domingo cuando el sol se escondía… Los domingos eran nuestro momento de los dos, del uno para el otro, el amor lo sudádamos, lo expirábamos, la gente a nuestro alrededor lo sentía y lo admiraba, nuestro amor era amor para el mundo. Después de cada domingo sentía que tenía todo para comenzar una nueva semana, pues nuestro amor y energía bastaba, era el combustible de nuestras carrocerías.

A comenzado este domingo… no estás, pero nuestros recuerdos me acompañan…